23/4/25
Hace unas semanas, en una mesa redonda en la Universidad de Murcia sobre la nueva ley que otorga personalidad jurídica por primera vez en Europa a un ecosistema: el Mar Menor, la profesora Teresa Vicente comentaba el enfoque ecocéntrico de la encíclica del papa Francisco, Laudato si, publicada en 2015. Supe de esta carta magna hace diez años, pero no recordaba bien su contenido, así que nada más llegar a casa me puse a leerla.
Teresa Vicente entre el profesor Francisco Jarauta y el magistrado Andrés Montalván
En estos primeros meses de 2025 me horrorizan, aún más, si eso es posible, las agresiones que cometen los personajes que dominan el mundo no solo contra tantísimos seres humanos sino también contra el medio en el que vivimos. Por esta razón, y a pesar de que soy muy consciente de lo que este papa no hizo (o no le dejaron hacer), valoro su valentía a la hora de redactar esta encíclica y su extraordinario contenido que no ha sido igualado por ningún otro gobernante. Por esta razón me he permitido resaltar algunas de las ideas que están en conexión con este blog sobre biodiversidad.
Esta es la primera encíclica en la historia de la Iglesia Católica dedicada al cuidado de la "casa común", es decir, al cuidado de nuestro Planeta, y toma el título Laudato si (Alabado seas) del Cántico de las criaturas compuesto por san Francisco de Asís en 1225, en el que agradece al Creador por el “Hermano Fuego”, la “Hermana Agua”, la “Hermana Tierra" y todas las criaturas del mundo.
En Laudato si, al igual que en el enfoque ecocéntrico, el ser humano es parte integral de un sistema natural, a diferencia del antropocentrismo que considera a las personas como el centro de la existencia y entiende que la naturaleza es un recurso para aprovechamiento de estas.
A continuación, después de poner el contenido de cada uno de los seis capítulos, he copiado algunos párrafos resaltados en azul.
Capítulo I
“Lo que le está pasando a nuestra casa”, es el título del primer capítulo que trata sobre la contaminación y el cambio climático, el problema del agua, la pérdida de la biodiversidad y de cómo todo esto contribuye al deterioro de la calidad de la vida humana y la degradación social.
"Estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura. Advirtamos, por ejemplo, que la mayor parte del papel que se produce se desperdicia y no se recicla."
"En las últimas décadas, este calentamiento ha estado acompañado del constante crecimiento del nivel del mar, y además es difícil no relacionarlo con el aumento de eventos meteorológicos extremos, más allá de que no pueda atribuirse una causa científicamente determinable a cada fenómeno particular."
Capítulo II
El evangelio de la creación. La luz que ofrece la fe. La sabiduría de los relatos bíblicos. El misterio del universo. El mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado. Destino común de los bienes.
"Si de verdad queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje.” Capítulo II.
"No puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos."
"Es evidente la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas, se desentiende de los pobres o se empeña en destruir a otro ser humano que le desagrada."
Capítulo III
“Raíz humana de la crisis ecológica”, trata sobre la tecnología: creatividad y poder; la globalización del paradigma tecnocrático; la crisis y consecuencias del antropocentrismo moderno.
"Es fundamental buscar soluciones integrales que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza."
Capítulo IV
Una reflexión sobre la ecología ambiental, económica y social; la ecología cultural; la ecología de la vida cotidiana; el principio del bien común; y la justicia entre las generaciones.
"Cuando se habla de «medio ambiente», se indica particularmente una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados."
Capítulo V
“Algunas líneas de orientación y acción”, el Papa propone el diálogo sobre el medio ambiente en la política internacional; el diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales; el diálogo y transparencia en los procesos decisionales; la política y economía en diálogo para la plenitud humana; y las religiones en el diálogo con las ciencias."
"El movimiento ecológico mundial ha hecho ya un largo recorrido, enriquecido por el esfuerzo de muchas organizaciones de la sociedad civil. No sería posible aquí mencionarlas a todas ni recorrer la historia de sus aportes. Pero, gracias a tanta entrega, las cuestiones ambientales han estado cada vez más presentes en la agenda pública y se han convertido en una invitación constante a pensar a largo plazo. No obstante, las Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las expectativas porque, por falta de decisión política, no alcanzaron acuerdos ambientales globales realmente significativos y eficaces."
Capítulo VI
En el sexto y último capítulo, “Educación y espiritualidad ecológica”, el Pontífice invita a apostar por otro estilo de vida; por una educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente; y por una conversión ecológica.
"Un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social. Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción. Es un hecho que, cuando los hábitos de la sociedad afectan el rédito de las empresas, estas se ven presionadas a producir de otra manera. Ello nos recuerda la responsabilidad social de los consumidores. «Comprar es siempre un acto moral, y no sólo económico»"
"La educación en la responsabilidad ambiental puede alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente, como evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias."
"La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida."
Y tras invitaros a que leáis el texto completo de Laudato si, temino con esta última frase:
Además de la encíclica Laudate si, dirigió a todas las personas de buena voluntad la carta apostólica Laudate deum, sobre la crisis climática.
Con la esperanza de que su sucesor siga por este camino y pueda culminar los procesos iniciados por Francisco.
R.I.P. 21 abril 2025.
Fuentes
Encíclica de Francisco. Laudato si y carta apostólica Laudate deum.
De Laudate si a Laudate deum Revista 118. 2023. Ecologistas en Accion
Fotos: Vaticano, Autores desconocidos bajo licencia CC BY-SA CC BY, cc-by-2.0. CC BY-NC-ND; Web de Naciones Unidas e Isabel Rubio