Efectivamente, no son espaguetis. Estos preciosos tentáculos pertenecen a un animal marino al que se le llama anémona de mar y, en algunos lugares del sur de España, ortiguillas. No es difícil adivinar el porqué, y es que tiene células urticantes igual que las medusas, ya que pertenecen al mismo filo o categoría taxonómica: cnidarios (κνίδη) que en griego significa ortiga. A su vez pertenecen a uno de los cuatro grupos, el grupo de los antozoos (animales en forma de flor).
Anemonia viridis es una anémona de color amarillento, verdoso o marrón grisáceo, formada por una columna cilíndrica de 5 centímetros de altura y 10 cm de diámetro. Sus más de 200 tentáculos se encuentran alrededor de la boca, distribuidos en 5 o 6 círculos, y pueden llegar a medir hasta 20 cm de largo. No puede retraer los tentáculos y la tonalidad de éstos depende de la profundidad en la que habita. Si se encuentra en zonas con poca luminosidad, tiene un color blanquecino.
Tentáculos de anémonas en pradera del alga oreja de liebre (Caulerpa prolifera)
Base de la anémona adherida a roca. Cabo de Palos. Fotografía de Eulalia Rubio
Base y tentáculos de una pequeña anémona. Puntas de Calnegre
Boca de la anémona en el centro de la parte superior, rodeada de tentáculos
Especies asociadas a la anémona de mar Anemonia viridis
Hay cuatro especies asociadas a Anemonia viridis: el gobio anémona, algas unicelulares (zooxantelas) y los siguientes crustáceos: el cangrejo fantasma y diminutos misidáceos.
Gobius incognitus no es tan vistoso como el famoso Nemo, pero al igual que el pez payaso de Pixar, se refugia entre los tentáculos de la anémona sin que ésta le produzca ningún daño. A cambio de esta protección, la anémona obtiene restos de la comida del gobio y, además, las corrientes que produce el pez entre sus tentáculos, la limpian de sedimentos y renuevan el agua que la envuelve. Un buen ejemplo de interacción biológica (mutualismo) en el que las dos especies se benefician.
El gobio anémona (Gobius incognitus) entre los tentáculos de ésta. Cabo de Palos
Este pez, alargado y de forma cilíndrica, con cabeza ancha, no sobrepasa los 10 cm. Es de color beige con puntos oscuros alineados longitudinalmente. Su piel está cubierta de una mucosidad que lo protege de las células urticantes de la anémona. Vive en fondos rocosos o de guijarros. Es el único pez mediterráneo inmune a la sustancia urticante de la anémona.
Se pueden observar las líneas oscuras que cruzan los ojos del gobio y se unen en el hocico formando una “V". Cabo de Palos
La “familia” de gobio anémona (Gobius incognitus)
Otra relación de mutualismo es la que tiene lugar entre la anémona y las algas unicelulares (Symbiodinium sp.) que se encuentran en su interior. Estas algas transfieren a la anémona los productos de su fotosíntesis –lo que le da ese color morado– a cambio de nutrientes. El color morado desaparece cuando la radiación solar se ve reducida con la profundidad.
Ápice de los tentáculos en color morado indicando la presencia de zooxantelas. Cabo de Palos
Leptomysis sp. es un diminuto crustáceo, de cuerpo alargado que apenas sobrepasa un cm de longitud. Suele vivir en grandes grupos revoloteando (si es que se puede utilizar este verbo dentro del agua) alrededor de las anémonas de mar. No se sabe por qué eligen esta especie puesto que no tienen protección ante las células urticantes de la anémona.
Leptomysis sp. sobre la anémona de mar Anemonia viridis
Al igual que los misidáceos de arriba, el pequeño cangrejo Inachus phalangium es un pequeño crustáceo que puede llegar a medir 2 cm. Tiene patas muy largas y delgadas, y caparazón triangular. Busca refugio entre los tentáculos de la anémona ante los depredadores. Se le llama cangrejo fantasma por la dificultad de observarlo ya que suele ir recubierto de algas
Cangrejo fantasma entre los tentáculos de la anémona. Cabo de Palos
Dónde viven y qué comen
Es muy frecuente ver estas anémonas de mar en fondos o paredes rocosas del Mediterráneo, pero también las he visto en el Mar Menor en fondo arenoso.
Como el resto de antozoos son carnívoros muy activos y poco selectivos. Se alimentan de pequeños peces, moluscos o crustáceos que quedan atrapados entre sus tentaculos ya que no se libran del veneno de éstos.
Chafarrocas atrapado por una anémona
Anémona de mar en zona rocosa muy bien iluminada. Cabo de Palos
Anemonia viridis en fondo arenoso en el Mar Menor
Si pasas cerca de esta anémona cuando estés bajo el agua, no dejes de observar si tiene las puntas moradas o si hay otras especies como el gobio resistente, misidáceos, el cangrejo araña fantasma, pero sobre todo, lleva muchísimo cuidado en no rozar sus tentáculos. Verás las estrellas (no precisamente las de mar) y recordarás el porqué la llaman ortiguilla de mar.
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Dedicado a mi querida amiga Encarna, a quien llevé por primera vez a hacer snorkel y probó las “delicias" de esta anémona.
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Notas:
A esta anémona también se la denomina Anemonia sulcata. WORMS: Anemonia viridis.
Al gobio anémona (Gobius incognitus) se le conocía en el pasado como (Gobius bucchichi)
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Más sobre interacciones biológicas en este blog:
Interacciones biológicas son las relaciones que establecen los organismos en una comunidad biológica dentro de un ecosistema. Las interacciones pueden darse entre individuos de diferente especies, o entre la misma especie.
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Fuentes consultadas
Calvín, JC y Eisman, C. (2020): El ecosistema marino mediterráneo. Edición propia.
Hofrichter, R. (coordinador) (2005): El mar Mediterráneo. Fauna, flora y ecología. Vol II/1. Barcelona. Omega
Leptomysis. Anemonia viridis Club d’Immersion Biología. Facultat de Biología de la Universidad de Barcelona.
Anemonia viridis. Litoral de Granada. Universidad de Granada.