28/9/22
A lo largo de los siete años de andadura de Pacto por el Mar Menor he debido de dar decenas de charlas en centros educativos o asociaciones para contar los maravillosos valores de nuestra laguna (y también los impactos que ha recibido y sigue recibiendo). En estos encuentros con estudiantes o personas preocupadas por el drama del Mar Menor, he comprobado que muy pocos sabían de la existencia de este pececillo de nombre valenciano: “fartet" (Aphanius iberus) ni de su vulnerabilidad.
Ejemplares hembra y macho de fartet (Aphanius iberus). Fotografía de Javier Murcia
¿Cómo es?
El fartet es un pequeño pez que no suele superar los 5 cm. Las hembras pueden llegar a medir 6 cm mientras que los machos, que son más estilizados, no pasan de 4,5 cm. Además de en el tamaño, las hembras y los machos, también se diferencian en los colores. Los flancos de aquellas son pardos con manchas oscuras, mientras que en los del macho aparecen líneas grises y plateadas. También la aleta caudal de estos presenta líneas alternas claras y negras. En época de reproducción estos colores se intensifican.
En primer plano, hembra de fartet, al fondo a la izquierda, macho de esta especie. Fotografía de Adrián Aguilar
Macho de fartet. Fotografía de Adrián Aguilar
¿Dónde vive?
Habita en pequeñas charcas, acequias, canales y humedales, en agua estancada o de curso lento, y únicamente en algunos puntos del litoral mediterráneo español. Es capaz de vivir en aguas con amplios márgenes de variación de salinidad (especie eurihalina) y temperatura (especie euriterma). Sin embargo, debido a la contaminación y destrucción de estos hábitats, sus poblaciones están desapareciendo a pasos agigantados.
Por esta razón está protegido por la legislación regional, nacional y europea. La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que es el registro más completo del mundo del estado de conservación de las especies vegetales y animales, considera a nuestro pececillo en Peligro, y es que cada vez es más escaso.
En la Región de Murcia el fartet se encuentra en varios enclaves, pero en esta entrada solo voy a tratar de las Salinas de Marchamalo (Cabo de Palos), en donde su población era muy abundante.
Canal que provee de agua del Mar Menor a las Salinas de Marchamalo
A partir del cese de la producción de sal en 1995, los propietarios actuales de las salinas (que ya consiguieron la urbanización en 9 de sus 19 balsas) han dejado en total abandono el resto de balsas e instalaciones, lo que ha llevado al borde de la desaparición al fartet y a otras especies que viven allí.
Ante esta tremenda situación y ante la negativa de los responsables de su cuidado, la Dirección General de Medio Natural de la CARM, contrata unos servicios de mantenimiento y seguimiento biológico que se encargan de mantener una parte de las salinas para que estén permanentemente inundadas y garantizar así la conservación de los valores naturales de este espacio.
Un infausto mes de septiembre 2022
Sin embargo, tras un verano de altísimas temperaturas, los canales que llevan el agua hasta las balsas que gestiona la Comunidad Autónoma se secaron, poniendo en extremo peligro la supervivencia del fartet en uno de los pocos lugares donde queda una población en el entorno del Mar Menor.
Canales de alimentación de las Salinas de Marchamalo en septiembre de 2022
De manera que durante los últimos días de septiembre de este año de 2022, se ha producido una tremenda mortandad de estos peces por falta de agua, como podéis ver en esta impresionante y triste fotografía de Adrián Aguilar.
Afortunadamente, varios cientos de ejemplares pudieron ser salvados gracias al traslado desde el canal seco al canal de alimentación de las salinas viejas por parte de varios miembros de ANSE.
Fartets muertos en los canales de las Salinas de Marchamalo en septiembre de 2022. Fotografía de Adrián Aguilar
El futuro
En el momento de redactar esta entrada la Fundación ANSE está a la espera de que se le concedan los permisos pertinentes para empezar un proyecto que tiene como objetivo la recuperación de la actividad salinera de una parte de las Salinas de Marchamalo ya que cuenta con una concesión sobre una superficie 8 hectáreas en dominio público.
Confiamos en que pronto podamos ver los resultados de la recuperación de este enclave de altísimo valor ambiental y cultural, y que llevará aparejada, sin duda, la vuelta de las poblaciones del fartet. Esperemos que las nuevas vidas que surjan, nos ayuden a olvidar estas tristes imágenes de peces muertos, así como el maltrato al que está sometido este espacio singular y sobre el que os contaré un poco más en la próxima entrada.
Hembra de fartet fotografiada en el Centro de Visitantes del Parque Regional de Arenas y Salinas de San Pedro del Pinatar
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Agradecimientos a Javier Murcia y a Adrián Aguilar por la cesión del uso de sus fotos, y a mi amiga Ana Alcaraz por haberme enviado su poema Los Pozos tras la lectura de esta entrada y que podéis leer más abajo.
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Fuentes consultadas
Murcia Requena, J. (2022): Especies singulares del Mar Menor: El fartet y otras especies destacadas. Dirección General del Mar Menor. Murcia
Andrés Ródenas, Paloma de. (2018): Arquitectura de la sal: recuperación de las Salinas de Marchamalo.UPCT.
Oliva Paterna, F. Biología y conservación del fartet en la Región de Murcia. Resumen de la defensa presentada para optar al grado de doctor. Universidad de Murcia
El click verde. Al fartet le urgen mejoras en su hábitat del Mar Menor. 2020.
Oliva, F.J. Andreu, A., Miñano, P., García-Rodríguez, J. y Torralba, M. (2002): Unidades de conservación del fartet, Aphanius iberus, en la Región de Murcia: Amenazas y aplicación regional de categorías UICN .Departamento de Zoología y Antropología Física de la Universidad de Murcia. Dirección General del Medio Natural. Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente. Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. MURCIA.
Verdiell Cubedo, D. Ictiofauna de las zonas someras litorales del Mar Menor (SE Península Ibérica): parámetros de su biología y relaciones con el hábitat
Rojas Penalva, A. Las salinas de Marchamalo.
Fartet. Aphanius iberus. Encliclopedia virtual de los vertebrados españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales. CSIC
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LOS POZOS
Ana Alcaraz Roca
Me causaba gran asombro en mi niñez
el misterio alentado por los pozos
que encerraban el agua prisionera.
En la casa había dos artesianos,
se adosaba a uno una alberca
en la que en otros tiempos
la sed saciaban mulas y ganado
y donde, en mi infancia,
bebían los gatos las luz de las estrellas.
Muchas de mis horas transcurrían
absorta en la contemplación del agua presa
en la celda de piedra verdinosa.
Me embargaba una tristeza tan profunda
semejante a aquella que sentía
al ver a los pájaros cautivos:
los jilgueros de colorida belleza,
las perdices moteadas, o los verdes lúganos
en las cárceles de alambre y de madera.
No sabía yo entonces, de niveles freáticos,
sólo que el agua —también los pájaros—debían ser libres,
como en el mar que es ancho y vuela
sus espumas de nieve hasta lo alto.
Un día, mis mayores me explicaron
que existían corrientes subterráneas,
ríos escondidos sabedores de las sendas
que conducían desde el mar,
brillante y acerado, frente a mi casa,
hasta el pozo que se abría en la cocina
y con agua salada lo inundaban.
Yo, asomada aquella hondura
tan fresca y silenciosa,
albergaba en mi ingenuo corazón,
una esperanza:
que al igual que el agua hallaba pasadizos,
antiguos caminos secretos y olvidados
y se asomaba al interior de aquel abismo,
los hallasen las criaturas plateadas
que viven en el fondo del mar, entre sus piedras.
Esperaba, como quien vela,
la llegada de algún dios,
la aparición de los alevines,
alfileres de luz brincando en bancos,
los airosos hipocampos,
dibujando lentas interrogaciones a su paso
o el minúsculo fartet que nada libre
en las pozas limpias trazadas por el agua
en la desierta soledad de los esteros.
El impío transcurso del tiempo,
que ha trazado en mi alma cicatrices,
no ha borrado mis fantasías tan ingenuas
(Aún quiero creer que una niña habita
en un pequeño cuarto del recuerdo)
y cada vez que encuentro un pozo,
me asomo a su hondura esperanzada
con ver chapotear en el agua detenida
la irisada cola del tritón o la sirena.
La Cara oculta de la luna. Ana María Alcaraz Roca. Ed. Pluma Verde. 2019