10/9/20
Ver una sepia nadando majestuosamente sobre las praderas de posidonia en el Mediterráneo es una de esas estampas que te regala el mar de vez en cuando, pero si te la encuentras en el Mar Menor, como me pasó a mí hace unos años, es algo único. Sin embargo, fue una pena verla queriendo pasar al otro lado de las redes antimedusas (1). Afortunadamente, tras varios intentos encontró un agujero lo suficientemente grande para escaparse de la prisión.
Sepia (Sepia officinalis) en el Mar Menor intentando pasar al otro lado de la red antimedusas
Más sobre sepias
Y ya que estamos con este precioso e inteligente animal marino, os cuento un poco más: cómo son, qué comen, cómo se reproducen...
Moluscos cefalópodos: las sepias
Las sepias (Sepia officinalis) junto con los pulpos y los calamares son moluscos cefalópodos que significa que las patas “podos" salen de la cabeza “cefalo” –seguro que has oído llamar cefalea al dolor de cabeza intenso.
A las sepias se las conoce también como jibias o chocos.
Tienen un cuerpo robusto, ovalado y aplanado, que está rodeado de una membrana cutánea. Puede llegar a medir hasta 40 cm de longitud, sin incluir brazos, tentáculos y cabeza.
Cuerpo ovalado de sepia rodeado por membrana cutánea. Cabo de Palos
La cabeza está muy desarrollada y en ella destacan sus grandes e impresionantes ojos. La boca, formada por dos mandíbulas córneas, está rodeada de 8 brazos con cuatro filas de ventosas y de 2 tentáculos más largos que los brazos, en los que hay cinco o seis ventosas muy desarrolladas.
La sepia tiene un color marrón grisáceo, con líneas blancas irregulares, más visibles en los machos, que nos recuerdan a las cebras.
A pesar de no distinguir los colores, la sepia se mimetiza con los fondos en los que se encuentra: es una maestra del camuflaje. Esta capacidad mimética la utiliza para esconderse de sus depredadores y también para comunicarse con sus semejantes. En caso de peligro, al igual que otros cefalópodos, expulsa un chorro de tinta negra que confunde al agresor, mientras ella se escapa.
Camufaje de Sepia officinalis con el mismo color de las algas del fondo a la derecha. Cabo de Palos
Sepión o hueso de sepia
Es el único cefalópodo que tiene una concha calcárea interna, grande y ligera, llamada sepión.
Seguramente te hayas encontrado alguna vez un sepión al pasear por la playa o en el interior de este animal. En la Edad Media se utilizaba para preparados en medicina, de ahí el nombre de esta especie: “officinalis”, de officinal, como se llamaba al almacén de los monasterios en los que se guardaban las plantas o animales para ese efecto.
Sepión flotando en aguas de Cabo de Palos
Las sepias se encuentran desde la superficie hasta 200 m de profundidad, en fondos arenosos y fangosos, cubiertos de algas o en praderas de fanerógamas como Posidonia oceanica y Cymodocea nodosa.
Sepia en pradera de Posidonia oceanica. Calabardina, Águilas. Fotografía de Luis M. Abellaneda
No viven en el Mar Menor porque no toleran la salinidad de la laguna costera que es ligeramente superior a la del Mediterráneo. Sin embargo, en la actualidad, debido a la entrada masiva de agua a través de las golas es posible verlas ocasionalmente, igual que ocurre con los pulpos.
Se alimenta, principalmente por la noche, de crustáceos, peces pequeños, poliquetos y otros cefalópodos. Para ello, puede adquirir colores fosforescentes para atraer a sus presas y capturarlas con sus dos tentáculos largos. Después se las lleva a la boca con los brazos cortos y les inyecta saliva tóxica.
En primavera las sepias adultas se desplazan hacia aguas superficiales, próximas al litoral, donde tienen lugar las paradas nupciales y los acoplamientos. El macho introduce su brazo copulador (hectocótilo) en la caviad paleal (repliegue de la cavidad bucal) de la hembra donde deposita sus espermatóforos (ampollas que contienen los espermatozoides). La fecundación de los óvulos se produce una hora y media después de la cópula. Cada hembra pone entre 100 y 4.000 huevos.
Los huevos, con forma de limón y de color negro, eclosionan después de dos meses. Al igual que los pulpos, las sepias mueren al nacer las crías. Los juveniles de sepia tienen el mismo aspecto que los adultos y son capaces de capturar presas y cambiar de color.
Huevos de sepia. Fotografía de Juan Antonio González Hidalgo. Calabardina, Águilas
Autocontrol y buena memoria
Recientes estudios han demostrado que las sepias son capaces de ejercer autocontrol y de esperar durante un corto espacio de tiempo con el fin de recibir un alimento mejor, como ocurre en vertebrados de cerebro grande como chimpancés, o cuervos y loros. Además, pueden recordar lo que comieron, dónde y cuándo, y usar esta información para tomar decisiones en el futuro. Lo sorprendente es que no pierden esta capacidad con la edad.
El color sepia
La tinta que arroja la sepia en caso de peligro la produce una glándula especial llamada glándula de la tinta. Esta secreción de color marrón se ha utilizado desde la antigüedad para uso pictórico.
En los primeros años de la fotografía se sustituían los grises de una fotografía en blanco y negro por una tonalidad sepia para mejorar la calidad estética de las fotos y para retardar su degradación.
Más fotos de sepia
Y para terminar os pongo unas magníficas imágenes de sepias de amigos colaboradores de marmenormarmayor.es.
Fascinantes ojos los de las sepias. Fotografía de JA Oliver. Cabo de Palos
Sepia con tentáculos bajo la arena. Fotografía de JA Oliver
Sepia descansando en el fondo. Calabardina, Águilas. Fotografía de J.A. González Hidalgo
Visibilidad de las rayas blancas del macho que nos recuerdan la piel de una cebra. Cabo de Palos. Fotografía de José Luis Alcaide
Los brazos y tentáculos de la sepia surgen de la cabeza. Fotografía de Miguel Ángel Rodríguez
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Durante décadas se instalaron redes antimedusas durante la temporada estival, aunque no hubiera medusas. Este gasto de dinero público que, por ejemplo, en 2020 superó los 800.000 euros debería haberse dedicado a evitar la eutrofización que producen los vertidos cargados de nutrientes que llegan al Mar Menor. Afortunadamente en 2022 estas mallas se dejaron de colocar en la zona de baño.
La sepia tratando de atravesar la red antimedusas en el Mar Menor
Aunque la calidad y duración del vídeo no es nada buena, termino con estas imágenes de la sepia intentando salir del espacio acotado por redes.
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Si quieres saber qué otras especies de moluscos se pueden encontrar en el Mar Menor y en el Mediterráneo, haz clic:
Y si deseas saber más de los cefalópodos, ve a la entrada Lo que aprendí del pulpo
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Fuentes consultadas
(2) Schnell, A, Boeckle. y otros (2021) Cuttlefish exert self-control in a delay of gratification task University of Cambridge y otras.
La sepia envejecida mantiene aguda su memoria episódica. Investigación y noticias de Neurociencia
Sepia. Mapa gob.
Sepia officinalis Données d'Observations pour la Reconnaissance et l'Identification de la faune et la flore Subaquatiques (DORIS)
Calvín, JC y Eisman, C. (2020): El ecosistema marino mediterráneo. Edición propia.
Martínez Espinosa, R. M. Beneficios del uso del hueso de la jibia. Universidad de Alicante
Sepia Club d’Immersio Biologia. Facultad de Biología UB