12/7/20
No es raro oír que el Mar Menor está muerto o que no tiene vida. Sin embargo, sí la tiene, aunque esta no sea la que nosotros desearíamos o la que le corresponde a este ecosistema único.
Si el Mar Menor era lo que era, se debía, entre otras conocidas razones a que...
Entre las muchas alteraciones que ha sufrido el Mar Menor en las últimas décadas, se encuentra la bajada de la salinidad a causa principalmente de la entrada de agua del Mediterráneo por el canal del Estacio, a la entrada de agua dulce procedente de los excedentes de riego de las fincas del entorno así como a las abundantes lluvias de los últimos tiempos, que han colmado el acuífero.
Así nos encontramos este mes de julio de 2020 con una salinidad de 39,93 gr por litro, es decir 12 gr por litro menos que tenía.
Canal del Estacio, ensanchado y dragado en los años 70 del siglo XX
Datos de Canal Mar Menor 2 de julio 2020
Otro de los cambios que ha tenido lugar en el Mar Menor en los últimos 30 años ha sido la entrada masiva de nutrientes procedentes de los agroquímicos utilizados en los cultivos intensivos de su entorno, y a la deficiente depuración de aguas de origen urbano que han convertido el Mar Menor en una laguna eutrofizada.
Melonar junto al Mar Menor
Teniendo en cuenta únicamente estos dos cambios: descenso de la salinidad y la eutrofización podemos entender por qué estos días vemos animales marinos que no habían podido vivir en las aguas hipersalinas del pasado, como la liebre de mar, o la abundancia de anémonas de mar en las praderas marinas.
Liebre de mar (Aplysia fasciata) en el Mar Menor. Julio 2020
Los bioindicadores son organismos que determinan o evalúan el índice de contaminación de un lugar. En algunos casos sirven para indicar que la calidad del agua es buena como en el caso de Posidonia oceanica en el Mediterráneo, pero en otros, sirven para detectar el estrés medioambiental de un lugar determinado.
1. ¿Son las anémonas de mar bioindicadores de contaminación?
Las praderas del Mar Menor han aparecido este verano infestadas de anémonas que producen irritación en la piel si las rozamos, lo que demuestra que, aunque en algunas zonas el agua esté más transparente que en años anteriores, hay una alteración muy importante en este ecosistema. ¿Podría ser que esta abundancia de anémonas respondiera a la contaminación que sufren las aguas del Mar Menor?
Bunodeopsis strumosa (??) anémona muy urticante en pradera de Cymodocea nodosa. Mar Menor 2020
Las anémonas de mar pertenecen al filo Cnidarios, grupo que incluye además de los antozoos (animales con forma de flor), a animales marinos tan diferentes como los corales, hidrozoos y medusas, con una característica común: células urticantes llamadas “cnidocitos”. Cnide viene del griego (κνίδη) que significa ortiga, así que ya sabéis: no hay que tocarlos.
Las dos especies más abundantes este verano en el Mar Menor son Exaiptasia diaphana y Paranemonia cirenea, dos anémonas resistentes al agua contaminada y cuyo crecimiento masivo en las praderas de la fanerógama Cymodocea nodosa y del alga Caulerpa prolifera podría ser un indicador de la eutrofización que padece nuestra laguna costera.
La anémona Exaiptasia diaphana sobre piedras y hojas de Caulerpa prolifera en el Mar Menor. Julio 2020
La anémona de mar Paranemonia cirenea flotando y sobre hojas de Caulerpa prolifera
El cuerpo de estos cnidarios tiene forma de tubo; la boca, que se encuentra en la parte superior, está rodeada de tentáculos en los que están los cnidocitos (las células que pican); la parte inferior se adhiere a sustratos duros: conchas, piedras o vegetales, aunque en el caso de Parenemonia cirenea se pueden observar ejemplares desprendidos flotando en el agua.
Paranemonia cirenea flotando en aguas del Mar Menor. Junio 2020
Los epifitos son organismos que viven sobre plantas o animales, como es el caso de las algas que crecen sobre las hojas de Cymodocea nodosa, la fanerógama por excelencia del Mar Menor. Normalmente aparecen a finales del verano, pero no a principios de junio como los de estas fotos de 2020, así que quizá podríamos estar ante otro bioindicador, que al igual que las anémonas nos esté indicando el exceso de nutrientes que recibe sin parar este ecosistema.
Organismos epifitos sobre Cymocea nodosa a principios de verano
Así que ya veis, no es esta la vida que nos gustaría encontrar, no es un Mar Menor lleno de caballitos, anguilas, fartets, agujas…, sino especies que nos están recordando que nuestra laguna o albufera, como prefieren llamarla algunas personas, está gravemente enferma.
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Fuentes consultadas
Murcia Requena, J. (2015): Guía de la flora y fauna marinas del Mar Menor. Nautilus
Canal Mar Menor 13 de julio
Informe Integral sobre el estado ecológico del Mar Menor. Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor 13 de febrero de 2017. OISMA. CARM