Este mes se cumplen ocho años de mi jubilación, pero mi vocación de enseñante parece estar todavía viva. De vez en cuando recuerdo estos versos de Alberti:
Érase de un marinero
que hizo un jardín junto al mar,
y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor,
y el marinero se fue
por esos mares de Dios.
Y pienso que no podemos dejar de ser lo que somos aunque pasen los años, por eso he dedicado unas horas a preparar este trabajo. Espero que te guste, y si ya conocías el contenido de la presentación, me gustaría pensar que nos hemos dado un paseo junt@s por este paraíso.