Parasitismo y mutualismo: dos interacciones
Parasitismo
El merlo o pinto (Labrus merula) de la foto de abajo está en posición vertical, lo que significa que está pidiendo a "gritos" que otro pez le quite un parásito, probablemente un individuo del género Anilocra. Esta interacción biológica se llama parasitismo: el piojo de mar, en este caso, depende para su supervivencia del pez del que obtiene alimento.
Merlo o pinto (Labrus merula). Cabo de Palos
El crustáceo Anilocra physodes parasita peces de la familia de los lábridos principalmente pero puede observarse sobre blénidos o espáridos. Sus patas están provistas de ganchos que le permiten sujetarse a su huésped al que succiona la sangre o despoja de trozos de piel. Los machos miden de 2 a 3 cm y las hembras pueden alcanzar hasta 5 cm. Si se suelta del pez al que parasita puede nadar hasta encontrar otro pez.
Los piojos de mar no son peligrosos para los seres humanos.
Fotos de Anilocra physodes sobre: 1. un tordo (Symphodus tinca, lábrido), 2. una babosa de bandas (Parablennius zvonimiri, blénido) y 3. un magre (Lithognathus mormyrus, espárido).
Mutualismo
Los peces que se acercan a los individuos parasitados para comerse el crustáceo sería otro caso de interacción biológica: el mutualismo, en la que ambas especies se benefician. Uno obtiene alimento y el otro recupera su salud porque en algunos casos los parásitos pueden debilitar a su hospedador hasta llegar a producirle la muerte.
Labrus merula y Symphodus tinca esperando ser desparasitados
En la foto de arriba a la izquierda se puede observar un sargo (Diplodus sargus sargus) aproximándose al merlo (Labrus merula) y en la foto de la derecha un pez verde (Thalassoma pavo) acercándose al tordo (Symphodus tinca) con el fin de capturar el parásito.
Gobio de Buchich (Gobius bucchichi) y la ortiguilla de mar (Anemonia viridis)
Otro caso de mutualismo muy fácil de ver es el de nuestro “Nemo" mediterráneo: el gobio de Buchich (Gobius bucchichi) y la ortiguilla de mar (Anemonia viridis). El pez se refugia entre los tentáculos de ortiguilla, los limpia de parásitos y detritus además de oxigenarlos para que circule el agua y esta pueda capturar pequeños peces, moluscos y crustáceos de los que se alimenta; a cambio la ortiguilla de mar protege al gobio de depredadores ya que este es inmune a las sustancias urticantes que segrega cuando es molestada.
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Fotos tomadas en Cabo de Palos y La Azohía (Murcia) por Isabel Rubio Pérez.
Agradecimiento a Amelia Cánovas por haberme explicado hace años el porqué de la postura vertical de los peces.
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Fuentes consultadas
Miquel Pontes y Josep Mª Dacosta El piojo de mar. Revista Aquanet nº 57